<html>
<head>
<meta http-equiv="content-type" content="text/html; charset=UTF-8">
</head>
<body>
<p>Artículo que puede resultar de vuestro interés:<br>
</p>
<p><a moz-do-not-send="true"
href="https://www.eldiario.es/era/relacion-abierta-no-monogama-con-hijos-familia_1_11337812.html"
class="moz-txt-link-freetext">https://www.eldiario.es/era/relacion-abierta-no-monogama-con-hijos-familia_1_11337812.html</a></p>
<p>Transcripción:</p>
<p>"""</p>
<div class="c-header">
<div class="news-header">
<p> </p>
<p class="title"> “Hija, tenemos una relación abierta”: cómo
encajan en casa y en la sociedad las relaciones no monógamas </p>
<p> </p>
<ul class="footer">
<li>
<p> </p>
<p> Aunque ya a nadie le suene ajeno el término “poliamor”,
es cierto que esta forma de relacionarse resulta aún
novedosa; la gestión del tiempo con los hijos y vínculos,
cómo contarlo (o no) y el juicio son algunas de las
cuestiones que enfrentan quienes eligen estos modelos </p>
<p> </p>
</li>
<li class="subtitle--hasAnchor">
<p> </p>
<p> <a class="footer-link "
href="https://www.eldiario.es/era/relacion-abierta-como-hacerlo_1_10991242.html"
data-mrf-recirculation="subtitulo-2"> <span
class="kicker">Pregunta a Sara Torres </span> —
“Quiero estar en una relación abierta pero hay miedo a
las inseguridades, competiciones y envidias, ¿cómo
hacerlo?” </a> </p>
<p> </p>
</li>
</ul>
<p> </p>
</div>
<p> </p>
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<div class="c-subheader">
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<p> </p>
<div class="c-content">
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<p> </p>
<div class="second-col">
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alt="Ilustración de Juárez Casanova."> </picture> <figcaption
class="image-footer"> <span class="title"> Ilustración
de Juárez Casanova. </span> </figcaption> </figure>
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<p> </p>
<div class="news-info" data-mrf-recirculation="firma">
<p> </p>
<div class="info-wrapper">
<p> </p>
<p class="authors"> <a
href="https://www.eldiario.es/autores/marta-sader/">Marta
Sader</a> </p>
<p> </p>
<div class="date-comments-wrapper">
<p> <time class="date"
datetime="2024-05-03T22:32:10+02:00"> <span
class="day"> 3 de mayo de 2024</span> <span
class="hour">22:32h</span> </time> <time
class="date modification-date"
datetime="2024-05-04T05:30:00+02:00"> <span
class="day">Actualizado el 04/05/2024</span> <span
class="hour">05:30h</span> </time> </p>
<p class="comments" id="comments-number">18</p>
<p> </p>
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<p> </p>
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<div class="partner-wrapper article-page__body-row">
<p> </p>
<div class="second-col">
<p> </p>
<p class="article-text"> Molly Roden está en el aeropuerto a
punto de coger un vuelo cuando descubre en su móvil
numerosas llamadas de su hijo adolescente. Tiene también
un mensaje: “Mamá, ¿tenéis papá y tú una relación
abierta?”. Al leerlo, Roden, que efectivamente la tiene,
entra en pánico. Así comienza el libro <em>More, a memoir
of open marriage</em> (Doubleday, 2024) escrito por
Molly Roden, lanzado a principios de este año y
aterrizado, directamente, en la prestigiosa lista The New
York Times Best Sellers. </p>
<p> </p>
<aside class="know-more know-more--with-image"> <a
href="https://www.eldiario.es/nidos/hablo-hijos-relaciones-poliamor-sexo-entiendan-normal-cosas_1_10524041.html"
data-mrf-recirculation="saber-mas">
<p class="know-more__title">Así hablo con mis hijos de
relaciones, poliamor o sexo para que entiendan que 'lo
normal' pueden ser muchas cosas</p>
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alt="Así hablo con mis hijos de relaciones, poliamor
o sexo para que entiendan que 'lo normal' pueden ser
muchas cosas" data-ll-status="loaded"> </picture> </a>
</aside>
<p class="article-text"> Tras esta escena <em>in extrema
res</em>, la narración aborda las relaciones familiares,
maritales y extramaritales de la escritora desde que sus
hijos tienen en torno a tres y seis años. En un
extraordinario ejercicio de franqueza, Roden nos invita a
explorar los altos y los bajos de su vida desde que ella y
su pareja deciden abrir su relación sentimental: la
euforia al conocer a alguien nuevo (y la decepción al <em>conocerlo
</em>de verdad); los problemas para manejar los celos; la
alegría de profundizar en el amor de formas inesperadas;
la búsqueda de marcos teóricos que den respuesta a su
estatus relacional… Y, por supuesto, las dificultades que
entraña el conjugar todo lo anterior con la crianza de dos
niños. </p>
<p> </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> Aunque ya a nadie le suene ajeno el
término “poliamor”, e incluso haya quien esté
familiarizado con términos como <a
href="https://www.eldiario.es/carnecruda/programas/anarquia-relacional-repensar-afectos_132_10924596.html"
data-mrf-recirculation="links-noticia" class="link">“anarquía
relacional”</a>, que propone eliminar la categorización
típica de los vínculos –en los que la pareja suele estar
'por encima' de los amigos, por ejemplo–, es cierto que
esta forma de relacionarse es aún novedosa en nuestra
sociedad. No obstante, como suele pasar también con la
infidelidad, resulta aún más chocante cuando quienes la
ejercen son madres. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"><strong>Las madres, no</strong></p>
<p> </p>
<p class="article-text"> “Parece que la mujer solo puede ser
virgen o puta; una madre no monógama combina esos dos
conceptos y los revienta”, explica <a
href="https://www.instagram.com/desvelandoaladiosa"
target="_blank" data-mrf-recirculation="links-noticia"
class="link">Anna Magde</a>, madre no monógama que
comparte sus experiencias a través de su cuenta de
Instagram. Ella lo sabe bien: cuando uno de sus <em>posts
</em>sobre crianza en relaciones no monógamas consigue
cierta viralidad, le llueven los mensajes de odio.
Especialmente, si aparece alguna foto suya embarazada.
“Remueve ver a mujeres que viven como quieren”, sentencia.
</p>
<p> </p>
<p class="article-text"> Cuando sobrepasan su círculo de
seguidores, estas publicaciones alcanzan a personas que <em>sienten
</em>que tienen que increparla por romper esa visión
arquetípica que se tiene de las madres como seres
sacrificados y volcados en la crianza, que viven de
espaldas al placer. Y no digamos ya al placer que
sobrepasa el ámbito del tradicional vínculo romántico. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> No obstante, aunque aún resulte
residual, cada vez son más las parejas con hijos que abren
sus relaciones de forma ética. “Diría que, en general, es
un porcentaje bajito, pero también que ha ido aumentando
con el tiempo poquito a poco”, atestigua <a
href="https://www.angelaaznarez.com/" target="_blank"
data-mrf-recirculation="links-noticia" class="link">Ángela
Aznárez</a>, psicóloga especializada en perspectiva de
género y diversidad de sexualidades, orientaciones,
identidades y modelos de pareja. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> Y el matiz de la ética es
importante porque, como indica Anna, relaciones abiertas
hay muchas (en España, un 42% de los hombres y un 31% de
las mujeres han sido infieles alguna vez, según una
encuesta realizada para la plataforma de citas para
adúlteros Gleeden en 2022), solo que se suelen dar a
espaldas de uno de sus componentes. “Más del 50% de las
parejas que se casan en España se divorcian, y ¿cuánta
infidelidad hay…? Ya existen muchas parejas no monógamas,
solo que no de forma ética. Hacerlo de forma consciente
exige vivir conversaciones incómodas, mejorar habilidades
de comunicación, gestionar tus bloqueos, tus traumas, tus
heridas, tus inseguridades… Eso no todo el mundo está
dispuesto a hacerlo”, matiza Anna. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> La ficción recoge cada vez más este
viraje hacia la no monogamia en parejas con hijos. Más
allá de <em>More, a memoir of open marriage</em>, ya en
2016, por ejemplo, se estrenó la serie <em>Easy </em>en
Netflix, que pretendía retratar “las vicisitudes de los
habitantes del Chicago actual en el amor, el sexo, la
tecnología y la cultura”. El comentado primer capítulo,
con Orlando Bloom como protagonista, contaba la historia
de una pareja con una hija que se sentían atraídos por la
profesora de música de la pequeña, y le proponían un
trío. </p>
<p> </p>
<blockquote class="quote">
<p> </p>
<div class="quote-wrapper">
<p> </p>
<p> </p>
<p class="quote-text">Cada vez hay más gente que se
apunta a este tipo de relaciones, pero aún no se habla
mucho sobre las que somos madres o queremos serlo. Si
la maternidad nos atraviesa enteras, y la no monogamia
también, ¿qué pasa cuando ambas se dan a la vez?</p>
<p> </p>
<div class="quote-author">
<p> <span class="name">Anna Magde</span> </p>
</div>
<p> </p>
</div>
<p> </p>
</blockquote>
<p> </p>
<p class="article-text"> En España, quizá es Gabriela Wiener
la 'madre poliamorosa' más conocida. La escritora, que
vive con sus parejas e hijes, ha dado a conocer su forma
de vivir en artículos, libros y hasta obras de teatro,
como la reciente <a
href="https://www.eldiario.es/cultura/enamorarme-cancion-trinchera-sobrevivir-poliamor_1_1060647.html"
data-mrf-recirculation="links-noticia" class="link"><em>Qué
locura enamorarme yo de ti,</em></a> protagonizada por
su propia familia. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> “Es un ejercicio de liberación,
pero también es un gesto político”, <a
href="https://www.vogue.es/living/articulos/teatro-obra-gabriela-wiener-poliamor"
target="_blank" data-mrf-recirculation="links-noticia"
class="link">contaba la autora</a> a Vogue al ser
preguntada por su sinceridad a la hora de abordar estos
temas sobre los que pesan tantos prejuicios. “Ser mujer,
sudaca, <em>bisexuala</em>, pero sobre todo, ser sexual,
sigue siendo un ejercicio a caballo entre la provocación y
la exposición personal”, explicaba, apuntando de nuevo a
esa aparente paradoja de ser madre y ser deseante. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> Pese a esta exposición que a veces
puede resultar dañina, son más las mujeres hablando de
crianza y maternidad públicamente que los hombres.
“Divulgo en Instagram porque cada vez hay más gente que se
apunta a este tipo de relaciones, pero aún no se habla
mucho sobre las que somos madres o queremos serlo. Si la
maternidad nos atraviesa enteras, y la no monogamia
también, ¿qué pasa cuando ambas se dan a la vez?
Normalmente, la situación nos deja en un lugar menos
privilegiado que a los hombres: el posparto es duro, muy
emocional y vulnerable, y las no monogamias también, así
que yo trato de dar herramientas a las madres y ofrecerles
la posibilidad de que encuentren a otras para hacer piña”,
relata Anna. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> Magde también achaca esta
diferencia de género al hecho de que la maternidad es un
tema que “toca más” a las mujeres por su mayor
involucración en ella –especialmente, durante los primeros
meses–, pero también lo relaciona con que sean ellas las
que, en mayor medida, proponen abrir la relación. <a
href="https://www.instagram.com/openmandarina/"
target="_blank" data-mrf-recirculation="links-noticia"
class="link">Lídia Manot</a>, que ofrece servicios de
acompañamiento en relaciones poliamorosas y crea contenido
en redes sobre ello, sostiene también que en las consultas
que le hacen, el impulso para emprender relaciones no
monógamas suele provenir de las mujeres. Quizá porque,
como ocurre <a
href="https://www.eldiario.es/era/perversion-conversacion-sobre-salud-mental_1_10526345.html"
data-mrf-recirculation="links-noticia" class="link">con
las terapias psicológicas</a>, ellas son más propensas a
buscar ayuda que ellos. </p>
<p> </p>
<p class="article-text">La gestión del tiempo en las no
monogamias</p>
<p> </p>
<p class="article-text"> A la hora de criar en parejas no
monógamas, las preguntas se acumulan: ¿Cómo se gestiona un
tiempo, de entrada, muy limitado? ¿Cómo afectan a los
hijos las relaciones de sus padres? ¿Es mejor contarlo o
no contarlo…? </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> “Una vez que me convertí en madre,
mi mundo se tambaleó. Me centré en mis criaturas y la
manera de relacionarme con mi entorno cambió. La relación
con mi pareja también se transformó, ya no podíamos
disfrutar el uno del otro siempre que quisiéramos o
resolver los conflictos charlando largo y tendido. Vimos
que todo tenía que estar mucho más medido y había menos
lugar para la improvisación. Por eso pienso que, a partir
de este momento, el tener en cuenta cómo se siente la otra
parte de la pareja es primordial; debemos asegurarnos de
que todos los implicados estamos bien con todo lo que
acontece, teniendo en cuenta los sentimientos que nos
provoca siempre. La crianza, sobre todo en los primeros
años, es absorbente y agotadora, y no siempre estamos
dispuestos a exponernos de esta manera o a gestionar estas
cosas 'extra' que pueden dañar nuestra seguridad o nuestra
autoestima dependiendo de cómo se aborde”, explica Lucía
(pseudónimo). Ella y su pareja cerraron la relación
durante el embarazo y hasta que la pequeña de sus hijas
cumplió tres años. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> “Uno de los conflictos más
extendidos en consulta es la gestión de los recursos y el
tiempo”, reconoce la psicóloga Ángela Aznárez. “Siempre
decimos que el amor, el deseo de estar con otras personas,
es algo ilimitado e infinito, pero los recursos no lo son.
Esto es algo que ocurre de manera general en parejas no
monógamas sin hijos, el tema de cómo gestionar los tiempos
para poder atender a todas las partes con encuentros de
calidad, sin olvidarse de que también hay que atenderse y
dedicarse tiempo a uno mismo, claro. Si además a esto le
añadimos el tema de tener hijos, la cosa se complica un
poco más y se hace difícil poder llegar a todo. Hay
algunos momentos de la crianza en los que se puede
convertir en algo directamente inviable; en esos casos, a
veces se toma la decisión de cerrar la relación
temporalmente”. </p>
<p> </p>
<blockquote class="quote">
<p> </p>
<div class="quote-wrapper">
<p> </p>
<p> </p>
<p class="quote-text">Uno de los conflictos más
extendidos en consulta es la gestión de los recursos y
el tiempo. El amor, el deseo de estar con otras
personas, es algo ilimitado e infinito, pero los
recursos no lo son</p>
<p> </p>
<div class="quote-author">
<p> <span class="name">Ángela Aznárez</span> <span>—</span>
psicóloga </p>
</div>
<p> </p>
</div>
<p> </p>
</blockquote>
<p> </p>
<p class="article-text"> La escritora <a
href="https://www.instagram.com/lavulnerable/"
target="_blank" data-mrf-recirculation="links-noticia"
class="link">Anna Sentís</a>, por su parte, asegura que
el hecho de ser madre no ha interferido en el modo de
relacionarse con sus vínculos. Durante su embarazo, eso
sí, ella y el padre de su criatura también sintieron que
era mejor cerrar su relación no monógama, pero tras su
divorcio, Sentís vive con naturalidad las relaciones con
sus parejas. De hecho, considera que esta pluralidad de
afectos es buena para la familia. “Mi hijo se ha podido
nutrir y aprender de cada persona, ya sea por distintas
maneras de ser y actuar, como por el tipo de relación que
ha creado. Pero, al final, creo que lo que integra es que
somos plurales y que podemos convivir y entender al otre”.
</p>
<p> </p>
<p class="article-text"> Para Anna Magde, su difícil
embarazo también supuso cierta pausa en el contacto con
sus vínculos, pero no sucedió lo mismo con el padre de su
hija. “Mi pareja estaba más sexual que yo”, recuerda. A
través de conversaciones y chequeos constantes del
bienestar emocional del otro, se llegó al acuerdo de que
él siguiera con su vínculo, a la que Anna conocía y con la
que se sentía respetada, una situación con la que ella se
sentía completamente cómoda gracias a los cuidados
constantes recibidos por parte del padre de su hija: “Yo
quería que disfrutase”. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> Ahora que la niña tiene unos meses,
la pausa de Magde en la relación presencial con sus
vínculos continúa en cierta medida, pues dedica la mayor
parte de su tiempo a su bebé. No obstante, se siente
apoyada por su pareja, que se queda con su hija cada día
durante dos horas para que ella pueda dedicarse a lo que
le apetezca, incluida su red de afectos. “Para mí, la
solución es tener una pareja corresponsable, que esté tan
interesado en tus vínculos como tú”, resume. Además, igual
que Sentís, también Magde enfatiza el hecho de que en una
relación no monógama se suele contar con una red de apoyo
mayor, lo que redunda asimismo en la facilidad a la hora
de apoyarse con el cuidado de la criatura: “La no
monogamia rompe con la familia nuclear”. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> <a
href="https://www.instagram.com/germainramon/"
target="_blank" data-mrf-recirculation="links-noticia"
class="link">Germain Ramón</a> es uno de los pocos
padres que, como Magde, Manot o Sentís, habla y comparte
contenido y reflexiones sobre este tipo de relaciones en
redes sociales –contó <a
href="https://www.eldiario.es/nidos/hablo-hijos-relaciones-poliamor-sexo-entiendan-normal-cosas_1_10524041.html"
data-mrf-recirculation="links-noticia" class="link">su
experiencia en primera persona</a> a elDiario.es–, y es
consciente de que, por ser hombre, recibe un trato mucho
más suavizado que las madres. “Claramente, no se juzga
igual a padres y madres no monógamas. Los sesgos sociales
de género todavía son latentes y condicionan y oprimen a
las personas identificadas como mujer, al igual que las
personas disidentes en orientación sexual. Yo comencé
compartiendo a modo de reflexión, como trabajo de
deconstrucción de la orientación relacional y la
masculinidad, pero poco a poco acabó convirtiéndose en un
compromiso social y espero que un legado al que mis hijos
puedan recurrir, cuestionar y reinterpretar”, cuenta. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> De hecho, en su opinión, este tipo
de relaciones son una extraordinaria herencia para sus
criaturas, aunque levanten cejas. “Todo paso que se da en
la crianza que pueda ser un cambio significativo o que
rompa con los patrones heredados en la vida de los niños
se toma como algo delicado y con más aprehensión que
motivación. Pero el trabajo de introspección, comunicación
honesta y el trabajo por la horizontalidad de las
vinculaciones que tenemos en las no monogamia es casi
constante. Eso les aporta validación en sus necesidades,
pensamiento crítico y herramientas de gestión emocional en
las diferentes situaciones cotidianas, buenas y no tan
buenas. Una generación con todo ese trabajo ahorrado
dispondrá de más herramientas para afrontar la edad adulta
con unas bases, a mi parecer, tan valiosas para con ellos
mismos como para su entorno”, dice Ramón. Y continúa: “Las
no monogamias aportan un valor incalculable a la realidad
de que, como especie, somos interdependientes y
necesitamos cuidarnos no solo en lo emocional, romántico o
sexual, sino también para preservar y atesorar lo humano y
crear estructuras sociales más sostenibles con el mundo en
el que vivimos”. </p>
<p> </p>
<blockquote class="quote">
<p> </p>
<div class="quote-wrapper">
<p> </p>
<p> </p>
<p class="quote-text">Claramente, no se juzga igual a
padres y madres no monógamas. Los sesgos sociales de
género todavía son latentes y condicionan y oprimen a
las personas identificadas como mujer, al igual que
las personas disidentes en orientación sexual</p>
<p> </p>
<div class="quote-author">
<p> <span class="name">Germain Ramón</span> </p>
</div>
<p> </p>
</div>
<p> </p>
</blockquote>
<p> </p>
<p class="article-text"> A Anna Magde, por ejemplo, le
resulta curioso que nadie vea raro que un pequeño viva en
una casa en la que los padres discuten continuamente, con
el nivel de violencia que eso genera, pero que se
enciendan todas las alarmas si la relación de los
progenitores se sale de lo habitual. “Los niños solo
necesitan ver que hay amor en casa”, resume. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"><strong>¿Contarlo o no contarlo? </strong></p>
<p> </p>
<p class="article-text"> Típicamente, todo lo relacionado
con la sexualidad de los padres es un tema que causa
cierta <em>vergüenza</em> a sus hijos. En el caso de las
relaciones no monógamas, a este tabú se le añade el extra
de abordar un tipo de relaciones a las que aún rodean
muchos prejuicios. De ahí que todos entendamos la
inquietud que presenta la escena con la que se abre el
libro de Molly Roden. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> Sentís, no obstante, dice vivirlo
con naturalidad. “En una familia de progenitores
homosexuales, no se les explica explícitamente 'Oye, que
tenemos esta orientación sexual'. Le cuento lo que va
preguntando adaptado a su edad y si no hay preguntas, no
veo por qué tengo que explicarle. Mi hijo sabe que soy
bisexual, pero porque un día hablando de orientación
sexual y de lo que significaban ciertas palabras, me
preguntó si a mí me gustaban los chicos o las chicas”,
ejemplifica. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> Magde tampoco piensa dejar a su
hija al margen del tipo de relación que tiene con su
padre. “Ella va a ver lo que hay en casa, se lo contaremos
de forma natural, orgánica. Es algo que le estamos
aportando: ya no tendrá que luchar contra el amor
romántico”. No obstante, para protegerla de comentarios
dañinos, también quieren dejarle claro que es una
situación íntima, que ocurre en su casa pero no
necesariamente en el resto. “Queremos que conozca a
nuestros vínculos, no ocultarlo. Se lo iremos explicando
entendiendo que es algo que no es normal. Que, aunque lo
haga cada vez más gente, es una situación que no todo el
mundo va a entender”. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> De hecho, en opinión de todos los
entrevistados, la proporción de parejas no monógamas con
hijos va a crecer en los próximos años. “Cuando mi pareja
y yo nos casamos, me llamó mucho la atención que en las
cláusulas se indicaba que solo se puede estar casado con
una persona a la vez. Pensé que, posiblemente, en unos
años esto podría quedar obsoleto y cambiar, como otras
cosas lo han hecho”, recuerda Lucía. </p>
<p> </p>
<blockquote class="quote">
<p> </p>
<div class="quote-wrapper">
<p> </p>
<p> </p>
<p class="quote-text">Hay que tener muy claro de qué
forma se quiere vivir la no monogamia. No hay una
manera única de ser poliamoroso; creo que la clave
está en construir relaciones a medida de las personas
que la forman y, desde ahí, crear acuerdos éticos y
respetuosos con todas las partes</p>
<p> </p>
<div class="quote-author">
<p> <span class="name">Ángela Aznárez</span> <span>—</span>
psicóloga </p>
</div>
<p> </p>
</div>
<p> </p>
</blockquote>
<p> </p>
<p class="article-text"> “Pensar que si no les cuento algo,
obviará que mis hijos lo perciban me resulta iluso”,
establece, por su parte, Ramón. “Siempre están recibiendo
información de sus referentes, no sólo a través de lo que
se comparte verbalmente. Eso nos compromete,
intrínsecamente, a ser honestos y congruentes con nuestras
gestiones de las experiencias que vivimos, como
enamoramientos, duelos, las dinámicas en nuestra
relaciones, etc”. </p>
<p> </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> Lucía, no obstante, prefiere que
sus relaciones y sus hijas no se <em>mezclen: </em>“Intento
que sean dos mundos separados. Cuando me toca estar con
mis hijas, que es la mayoría del tiempo, estoy con ellas y
para ellas. Lo demás es un añadido de mi tiempo 'libre'
que puedo dedicar a esto. Sin embargo, creo que tarde o
temprano les trasmitiremos nuestra manera de vivir las
relaciones, aunque no les digamos cómo lo hacemos
explícitamente. Para nosotros, es una manera sana de
conocernos, explorarnos y vernos en otros entornos y
situaciones, que nos ayuda también a ser sinceros y
empatizar al máximo posible con los deseos de nuestra
pareja”. </p>
<p> </p>
<p class="article-text"> En opinión de la psicóloga Ángela
Aznárez, no hay una decisión 'correcta' al respecto de
compartir o no con los hijos las características de
nuestra relación. Lo que sí que considera evidentes son
los ingredientes que hacen falta para vivir de manera
plena una no monogamia con criaturas de por medio: “Hay
que tener muy claro de qué forma se quiere vivir la no
monogamia. No hay una manera única de ser poliamoroso;
creo que la clave está en construir relaciones a medida de
las personas que la forman y, desde ahí, crear acuerdos
éticos y respetuosos con todas las partes. Eso implica ser
muy realistas con los recursos disponibles en el caso de
tener hijos, ya que no vas a tener la misma disponibilidad
para tener citas con otras personas, irte de viaje con tu
otra pareja o vínculo, pasar la noche fuera… ajustar
expectativas es fundamental para poder saber qué esperar y
qué proyección tiene la relación”. </p>
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<p></p>
<p>"""</p>
<p>Jesús<br>
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